Parroquia de "San Patricio"
(Mercedes - Prov. de Buenos Aires)
La Historia del Organo y del Templo
Steinmeyer, G.F. & Strebel, Op 1557, año 1931
El Organo
A continuación reproducimos textualmente un artículo tomado del Sitio de la Ciudad de Mercedes:
http://www.mercedesbuenosaires.com.ar/instituciones/parroquiasanpatricio.htm
El Gran Órgano, como alguien lo denominó, es indudablemente una joya instrumental, que quienes
planificaron la construcción del Templo que se inauguró el 17 de marzo de 1932 pusieron muy
alta la mirada en cuanto al órgano que debía adquirirse, así es como se decidió por la firma
G.F. Steinmeyer y Co., Fábrica de Órganos y Harmoniums de Oettigen (Baviera) y Nürenberg, de
Alemania. Su costo fue entonces de $ 120.000.-
La inauguración del templo en 1932 significó un extraordinario acontecimiento que fue
jubilosamente celebrado y que el periodismo local y nacional supo darle relevancia como hecho
religioso y artístico en el más amplio concepto. para referirnos en esta nota en manera muy
particular al Gran Órgano, orgullo para Mercedes de contarlo en uno de sus templos, recurrimos
a las más autorizadas opiniones que en su momento manifestaron su admiración.
Así el Pbro. Martín Cazzaniga, Sacerdote Salesiano, organista por más de 25 años de la Basílica
de San Carlos, Buenos Aires, manifestaba que: "Pueden pues los Rdos. PP. Palotinos y los
donantes de tan preciosa obra sentirse santamente orgullosos de poseer el órgano de mayores
proporciones instalado hasta la fecha en nuestra República, en la seguridad de que con este
monumento de arte sagrado han contribuido eficazmente al esplendor del culto divino y aumentar
y propagar la fe en la vasta diócesis de la provincia de Buenos Aires".
Fray S. de Legarda, Capuchino, Organista del Santuario de Pompeya, opinaba: "Después de
examinar detenidamente el órgano en la nueva Iglesia de San patricio de Mercedes, Provincia de
Buenos Aires, le he de decir, que no he sabido admirar más: si la brillante grandiosidad
de su conjunto o la rara y perfecta percepción del tono, intensidad, amplitud y colorido de
cada uno de sus sonidos".
J.A. Molina, de Gabinete de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y naturales de la
Universidad de Buenos Aires, manifestaba que: "Por todo lo que he comprobado personalmente a
lo que se refiere a la factura y a los materiales empleados, no vacilo en afirmar que el
órgano de la Iglesia de San Patricio es un espléndido conjunto de técnica y arte".
Alguien que más de una vez tuvo las satisfacción de ofrecer conciertos en nuestra ciudad y
precisamente en este órgano, como fue el eximio organista Julio Perceval, ante una consulta
reiteró que: "Requerido a dar mi opinión sobre el órgano de Mercedes, repito que el día de la
inauguración dije a los periodistas: Que es el más grande y más perfecto de los órganos de que
tengo conocimiento en América del Sur. la calidad de sus materiales salta a la vista; su
entonación será difícilmente superada por otro órgano...".
Y el organista de la Basílica del Santísimo Rosario y de la Iglesia del Pilar, Juan G. Espinosa
Wich, jugaba su opinión con los siguientes conceptos: "Como organista interventor directo y
responsable en la confección del Gran Órgano que la firma G.F. Steinmeyer y Co. ha colocado a
los R.R.P.P. Palotinos en la Iglesia de San Patricio de Mercedes debo certificar: que la
composición policroma y definidamente filarmónica, por la variedad y cantidad de registros de
que está dotado, debe satisfacer al ejecutante más exigente. Siendo un órgano de 72 registros
con características bien definidas, para los que se han colocado 11 combinaciones libres,
repartidas en 3 teclados y pedalero más la participación de un cuarto teclado que hace cantar
un pequeño órgano colocado a gran distancia y minuciosamente dispuesto: da la oportunidad de
producir efectos inefables e inmensamente grandiosos".
Así se han extractado opiniones requeridas por el representante de la firma fabricante en el
país, señor Joseph Schmuck, entre abril y mayo de 1932.
Es éste y lo reiteramos, motivo de orgullo de contar con tal monumental órgano de 4.700 tubos,
que ahora al paso de los años necesita impostergablemente una reparación y afinación,
recientemente, técnicos organeros revisaron su funcionamiento y próximamente se contará con la
evaluación y costo para dejarlo en condiciones óptimas.
El excepcional mecanismo permite la conexión con las campanas del templo y con otro órgano que
existe cerca del altar mayor. El carrillón que consta de 24 campanas es accionado por un
teclado eléctrico que se conecta con el órgano, este instrumento fue adquirido en Nuremberg y
puede funcionar manual o automáticamente.
Artículo tomado del Sitio de la Ciudad de Mercedes:
http://www.mercedesbuenosaires.com.ar/instituciones/parroquiasanpatricio.htm
El Templo
A continuación reproducimos un artículo de Sergio Kiernan publicado en la web Todoarquitectura
el 4 de octubre del 2003 con motivo de la restauración de este templo:
El enorme templo de San Patricio en Mercedes, provincia de Buenos Aires,
Argentina, acaba de volver de muchos años de intemperies y maltratos. Sus
patologías ya eran graves. La restauración es llamativa por la escala y
el rigor con que se realizó. El resultado permite ver un gran edificio de
valor patrimonial como fue concebido originalmente, y a nuevo.
Será por su fama de cabeza dura y enérgico, será porque se le dice
milagrero y es probadamente contagioso, pero la mayor iglesia de
Sudamérica que lleva su nombre muestra en su historia rasgos muy de San
Patricio. El templo nació a principios de 1930 casi de súbito, y entre la
piedra fundamental y la consagración pasó apenas un año. Que es
exactamente el tiempo que tomó la minuciosa, rigurosa y elegante
restauración que acaba de recibir. Y que no es poca cosa: la iglesia del
santo irlandés en Mercedes, provincia de Buenos Aires, es grande, de 2500
metros cuadrados, tiene vastas superficies de vitrales y un complejísimo
sistema de decoraciones góticas, y estaba en estado calamitoso.
Con setenta años cumplidos, el edificio estaba profundamente deteriorado
y en parte vandalizado, con vitrales rotos a pedradas, pináculos caídos o
partidos, gárgolas decapitadas y muchas, muchas humedades. El
relevamiento del edificio detectó que las patologías eran de
mantenimiento: la iglesia mostraba pocas intervenciones destructivas, y
ya se sabe que arruinar un edificio patrimonial es más cuestión de
invertir mal que de indiferencia. La decisión fue realizar una
restauración, revirtiendo los mínimos cambios sufridos en su estructura y
funcionamiento, y removiendo instalaciones, como las de iluminación,
bastante improvisadas y dañinas a la estructura y la estética del templo.
Fue una sabia decisión. No hay dos iglesias iguales, y las que tienen
raíz en una comunidad nacional y cultural suelen funcionar como un texto
materializado, un libro de signos y símbolos entendibles. Por ejemplo, el
ábside de San Patricio es un santoral íntimo de los irlandeses, con el
viejo obispo dueño de casa en su ventanal central ?mostrado al momento de
expulsar las serpientes de Irlanda, como prueba del poder divino? y
flanqueado por Brígida y el muy poco conocido por estas pampas
Columkille. Alguien, quizás pagando promesas, donó uno de los vitrales
superiores, que desde su remota altura muestra una figura que parece un
druida del Señor de los Anillos y resulta ser San Pall.
El grueso del trabajo fue de albañilería, con interminables picados que
se aprovecharon para embutir líneas de luz y un discretísimo sistema de
aire acondicionado y calefacción. Los muros principales, de 55
centímetros de grosor, recibieron un doble inyectado de cristales de
cuarzo en base acuosa contra la humedad. Los cateos permitieron ubicar
parches parciales, que fueron removidos junto al 90 por ciento de los
motivos ornamentales del exterior, cuyas fijaciones de hierro dulce
habían florecido y estaban partidos. Las 18 gárgolas ?en cuatro tipos de
animal diferentes? habían sufrido mucho y hubo que bajar un ejemplar de
cada tipo, restaurarlo y hacer un molde de reconstrucción. Quien se
acerque hoy al templo de la esquina de 14 y 21 no notará nada de esto: el
edificio luce un homogéneo color crema, fruto de un profundo lavado y un
exitoso trabajo de reconstrucción con cementos en el exacto tono.
En el exterior se destacan dos elementos. Primero, la imagen de Patricio,
que lucía gris y mustia. Resultó que era de un mármol de especial
blancura, tono visible después de una cuidadosa limpieza. El báculo del
santo fue reparado y su vistosa voluta dorada a la hoja. Otro tanto
ocurrió con la cruz que remata la torre, a 72 metros de altura. El
relevamiento demostró que estaba en emergencia: de los 72 milímetros de
metal que la sostenían quedaban apenas 35, y era cuestión de tiempo que
todo se cayera. La cruz fue removida y mientras se la doraba se demolió
el pináculo de dos metros que la sostenía para reemplazar su estructura
interna. Un golpe de suerte permitió dejar perfectos los vastos techos
del edificio. Varias de sus tejas, negras y belgas, estaban partidas o
perdidas, y nadie sabía si podrían ser copiadas. Pero en un vano del
desván, bajo las estructuras de hormigón que sostienen el techo, se
encontraron varias cajas del revestimiento, guardadas previsoramente hace
72 años. La iglesia ganó un nuevo atrio, mucho más amplio y con rampas
para discapacitados, mientras que el perímetro muestra ahora pequeños
jardines, rejas recicladas y pilares a nuevo. Los tres portones de acceso
fueron reconstruidos, porque sus partes inferiores ya eran irrescatables.
La fachada y el exterior del templo regalan ahora la rara experiencia de
verlos como el día de su inauguración, sin más cambios que una buena
iluminación exterior, primera fase de un sistema que irá "subiendo" hacia
las torres y los techos.
En el interior los cambios también fueron notables. Primeramente, el
altar, una pieza gótica de gran escala y muy bella, fue cuidadosamente
limpiado. Se reemplazó la mesa que lo precede, un mueble voluminoso y
agregado tardíamente que tapaba el altar, y se instaló una de diseño
"transparente", seca y poco obstrusiva, que permite una vista global del
ábside mayor. Las superficies interiores, lavadas y restauradas a su
luminoso tono original, permiten apreciar el espacio coronado por
vitrales y más vitrales. Los motivos ornamentales lucen a nuevo, las
naves laterales recibieron líneas de iluminación, y las columnas
interiores recibieron un trabajo de restauración detallado. Sus bases son
lo único pintado en el edificio: iban a ser revestidas con mármoles, pero
el barco que traía las piezas se hundió en altamar. A un lado del altar,
se revirtió el único cambio de circulación que había sufrido el templo y
se reabrió el acceso a un ámbito que por muchos años fue depósito y hoy
es capilla de diario. El domingo pasado se volvió a consagrar San
Patricio en Mercedes, un monumento patrimonial que fue tratado, por una
vez en la vida, con el rigor que corresponde.
La historia de la iglesia
Mercedes es todavía hoy el centro de ese gran arco que va más o menos de
Capilla del Señor al sur de Córdoba, donde se asentaron los inmigrantes
irlandeses después de Caseros. Para los tiempos de Sarmiento, la
comunidad prosperaba en decenas de estancias laneras "increíble pero
cierto: esas tierras ganaderas se usaban para ovejas" y a comienzos del
siglo XX era un poder local. Muy tempranamente, los irlandeses empezaron
a construir el habitual tejido de instituciones, escuelas y templos con
que cada comunidad marcó este país. Para 1872 ya tenían una manzana de
Mercedes con escuela, biblioteca y un convento de hermanas, que en la
década del ochenta se transforma en casa parroquial de los palotinos y en
la escuela de San Patricio. Así fue creciendo la cosa y para 1892 se
inaugura la primera iglesia dedicada al patrono de Irlanda, un simple
salón de proporciones clásicas y un bonito cielorraso de pinoteas a la
holandesa.
Para 1930, la comunidad decidió que necesitaba una iglesia de fuste, que
reflejara su importancia. El 24 de octubre se puso la piedra fundacional
y enseguida empezó la obra, basada en planos del austríaco Ernst Pfechner
y dirigida por el ingeniero Luis Curutchet. El enorme edificio fue
financiado por donaciones de las hermanas Keating y de otros paisanos que
eligieron el anonimato. Los Dillon donaron el altar, y otras familias
ayudaron a pagar los 450 metros cuadrados de vitrales en estilo siglo
XII, hechos en Alemania, que registra la iglesia. También alemanes son el
espléndido órgano "intacto y en funcionamiento" y el carrillón, cuya
campana principal es de las mayores del continente en su tipo.
La obra fue realmente rápida y el edificio estuvo listo en casi
exactamente un año. La consagración fue demorada hasta el 17 de marzo de
1932, porque ese día se cumplían 1500 años de la llegada de San Patricio
a Irlanda. En estos años, Mercedes creció mucho, pero todavía se puede
hacer una experiencia de otros tiempos: al llegar al lugar, se puede
navegar usando las torres de la catedral y de San Patricio, que surgen
por encima de la ciudad todavía baja.
Por Sergio Kiernan
Artículo publicado en la web
www.todoarquitectura.com
(el 4 de octubre de 2003)
LINKS a sitios de la ciudad de Mercedes :
www.portalmercedes.com.ar
www.mercedesbuenosaires.com.ar
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http://www.galeon.com/organos-argentina
Autores: Rafael Ferreyra & David Merello
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Ultima actualización: 2 de Noviembre de 2003